La demanda de vivienda en 2021 caerá un 25%: Cuál resistirá mejor, la nueva o la usada?

 

 

 

 

Las facilidades de pago generan un trasvase de compradores a la obra nueva.

Hasta la fecha el producto nuevo no ha bajado de precio, la segunda mano sí.

 

«Para el 2021 creemos que la demanda en la compra de vivienda podría bajar entre un 20% y un 25% respecto a los niveles del año 2019, fundamentalmente por la reducción de las ventas de vivienda usada y una drástica reducción de la demanda extranjera», explica la firma en su informe «El Sector Residencial en España»

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Si bien, el estudio apunta que dentro del propio sector la experiencia ha sido y será muy diferente en las distintas ubicaciones y tipologías de producto, habiendo dos claros vencedores: el alquiler y la obra nueva.

 

Por el contrario, la vivienda usada y la de segunda residencia, con un público mayoritariamente extranjero, se han llevado la peor parte.

 

El retroceso de la compraventa de viviendas en 2020 se ha debido a la contracción experimentada tanto en las operaciones sobre pisos de segunda mano como sobre viviendas nuevas.

 

En concreto, la compraventa de viviendas usadas se redujo un 19,2% el año pasado, su mayor caída en once años, hasta sumar 333.205 operaciones, mientras que las transacciones realizadas sobre pisos nuevos bajaron un 11,2%, hasta las 82.543 operaciones. Es el primer descenso que experimentan las compraventas sobre viviendas nuevas tras tres años consecutivos de avances y el más acusado desde 2015.

 

«La vivienda usada, que ha liderado claramente esta estadística durante todo el año, pierde las 400.000 operaciones firmadas los últimos dos años y, con algo más de 333.000 firmas, cae por encima del 19% interanual. Por otro lado, la obra nueva se sitúa por debajo de la cifra de 92.000 operaciones registrada los últimos dos años y, con poco más de 82.000, cae un 11%», añade Font….

 

Para el cierre de este año, la consultora inmobiliaria estima un retroceso del 20% de la demanda de vivienda de obra nueva, mientras que la de segunda mano caerá 13 puntos porcentuales más, o lo que es lo mismo, registrará un desplome del 33%.

 

«Se está produciendo un trasvase de compradores de viviendas de segunda mano hacia el segmento de viviendas de obra nueva por las facilidades de pago de ésta», explica el informe, que asegura que «la compra de una vivienda sobre plano permite al comprador estructurar de una forma más adecuada su esfuerzo de compra y acceder directamente a la financiación asociada al préstamo promotor».

 

«Asimismo, facilita organizar la venta de su actual vivienda durante un periodo más extenso y probablemente menos estresado por las circunstancias económicas. Creemos que esta circunstancia está detrás del incremento significativo de las ventas de obra nueva sobre plano, adicionalmente al embalsamiento de la demanda durante el confinamiento», apunta Colliers.

 

Aunque el producto usado sigue representando el 79,5% del total de las operaciones, lo cierto es que poco a poco la vivienda nueva ha ido ganando terreno.

 

Hemos detectado una ralentización en los ritmos de venta como consecuencia de la caída de la demanda, que si se prolonga en el tiempo podrían provocar en el futuro pequeños ajustes en el precio».

 

Según el directivo «las caídas de precios se van a centrar fundamentalmente en la vivienda usada debido a la menor solvencia de los propietarios y a la necesidad de liquidar algunos de estos activos ante situaciones de desempleo e incertidumbre».

 

A la propia corrección que realiza el sector reduciendo su actividad se sumará además la falta de financiación. «Esperamos que las perspectivas generales de accesibilidad al crédito empeoren significativamente en la era post Covid a pesar de los esfuerzos coordinados de los gobiernos y del BCE para dotar de liquidez al sistema financiero. Las dudas que se ciernen sobre la economía española en esta segunda ola de la pandemia y sobre la solvencia de algunas empresas, hogares y sectores clave para nuestra economía tendrán un significativo impacto en la financiación de un sector tan intensivo en deuda como es el sector inmobiliario. Por lo tanto, la financiación bancaria será más restrictiva para todos los productos inmobiliarios», explican.